BREAKING BOUNDARIES, LA CIENCIA DE NUESTRO PLANETA

Desgarrador. Así es Breaking Boundaries, el documental más reciente de la plataforma Netflix, cuya dirección se encuentra bajo el ojo inquieto de Jonathan Clay. Esta pieza se dedica a enseñarnos desde un punto de vista científico que esta década a la cual nos enfrentamos es la decisiva a la hora de hablar de salvación ecológica de nuestro planeta. Y, por supuesto, esta salvación del planeta repercute directamente en la humanidad, que se ha convertido en el factor principal de cambios en el ambiente. 

A través de la voz de David Attenborough, narrador documental y divulgador naturalista, este largometraje audiovisual nos presenta una consigna clara: todavía hay esperanza, pero la necesidad de actuar es imperante y no podemos esperar. Si continuamos a este ritmo escalado de contaminación, se quebrarán los límites impuestos por la tierra, los llamados “breaking boundaries”. 

A tan solo media hora de habernos sumergido en el documental que lidera el científico Johan Rockström -acompañado de profesionales que van dando su opinión sobre diferentes temas-, solo podemos preguntarnos una cosa: por qué y cómo hemos podido ignorar esta situación durante tantos años a pesar de la cantidad de advertencias recibidas por parte de la comunidad de la ciencia y grupos ambientalistas. A pesar de que las  imágenes escogidas nos dejan sin aliento debido a su incuantificable belleza, las palabras que las acompañan no edulcoran ni hacen que este viaje sea placentero, sino que ellas son las encargadas de alertarnos y alternarnos. 

Toda esta data dura, concreta, advierte algo que muchas veces no tenemos en cuenta: que la belleza también se mide en cifras. Y continuar jugando con esa estabilidad numérica está siendo catastrófico para la naturaleza y su poder sincronizador, ese poder que nos mantiene en vida. El derretimiento de los polos, la impredecibilidad del nivel del mar, la reducción de los insectos y la vida silvestre, la extensión aberrante de la agricultura y la fertilización excesiva de los campos, la ganadería y la sobrepesca, la drástica reducción del agua disponible. Dice Rockström:  

La biodiversidad no es algo que debamos proteger solo por su belleza o por alguna responsabilidad moral de una especie a otra, de la especie humana a la flora y a la fauna. No. La biodiversidad provee las herramientas que provocan que nuestras sociedades funcionen. Es una pieza fundamental del rompecabezas.

También como lo es para la cotidianeidad, para el documental también es inevitable llegar al contexto sanitario actual: la pandemia de coronavirus. Rockström recuerda que, en una naturaleza sana, esta situación jamás habría tenido lugar. Efectivamente: esta situación nos hace recordar la famosa teoría del caos, que se resume en una frase conocida a nivel global: “el aleteo de las alas de una mariposa pueden provocar un tsunami al otro lado del mundo”. 

Pero el científico dice que hay soluciones, soluciones que los diversos países están tomando. Entre ellas, destaca una, la más integral y completa: una economía circular y libre de combustibles fósiles, ligada a la sustentabilidad y la ecología; un tipo de economía que nos permita llevar a cabo una utilización infinita de los recursos, donde los desechos se reducen al mínimo y la vida de la materia se estira lo más posible.

Otras soluciones planteadas por el documental son las básicas, las que parecen cliché, pero que, en realidad, son las más cercanas a cada persona: plantar árboles, reciclar, reutilizar, comer menos carne roja e implementar una dieta más flexible que tenga legumbres, vegetales, frutas; en fin, más comida natural. Al final del documental, el científico sueco plantea que comer sano podría ser “la forma más importante de contribuir a salvar el planeta”. 

Breaking Boundaries es más que un documental: es un manifiesto de todas las cosas que nuestro planeta nos brinda de manera gratis, esas cosas que hemos dado por sentado y que hoy día se presentan como un recordatorio imperante. La solución está en lo simple y trabajar colectivamente es la única vía.


Por: Ana Clara Chanvillard.
Arte: Van Arce.