Teoría King Kong arrasó en el Cervantes

Teoría King Kong es un libro grave y potente porque – sin ponernos en modo crítico en cuanto a rasgos de revolución, sin querer ser masivxs – nos transmite una historia crítica y arriesgada en primera persona, una reflexión propia que fluye como un río que siempre volverá a ser el mismo dos veces,  ya que sus tópicos y la absorción de su contenido no cambian. Pero la verdadera pregunta es si funciona como texto dramatúrgico. Y la respuesta es que sí. 

Esta experiencia se divide en tres funciones independientes, pero interrelacionadas: Porno Brujas, Chica King Kong y Durmiendo con el enemigo.
La primera es interpretada por Andrea Bonelli, quien se pavonea  por el escenario del Cervantes los viernes y se apropia del discurso de Despentes, un manifiesto que es tanto suyo como de otres porque, al arrojarlo al piso, sólo afirma esa contundente máxima que deviene colectiva: soy lo que sea signifique ser mujer y, por ello, puedo hablar de lo que desee y como lo desee, puedo ser sensual y provocativa frente a un público y que sea lo que menos importe de toda la obra. 

La segunda está protagonizada por una Mercedes Morán segura, irónica y ácida. Desde un asiento o un sillón lee, vestida de traje, el manifiesto que revolucionó el feminismo en el 2006, fecha del lanzamiento del libro. Nos habla a nosotres, el público y, mientras tanto, suspira, se pausa, se enoja, la voz se le quiebra; pareciera imposible no afectarse por la veracidad y vigencia de las palabras dichas.
La última fecha está a cargo de la gran Soledad Silveyra quien, bajo la dirección de Claudio Tolcachir, desarrolla Durmiendo con el enemigo e interpreta una de las partes más polémicas del libro: la experiencia de la autora en la prostitución.El gran mérito de esta adaptación es haber puesto este ensayo en escena, con buenas actrices, en el mejor teatro de Argentina. No podía fallar. El valor agregado es haber considerado las edades de las actrices: no es lo mismo ser rebelde a los veinte y deconstruirse a esa edad que hacerlo cuando ya se tiene un gran historial de vida y hay que hacerse cargo del propio deseo.
Algunas cosas podrían mejorar, como el aporte artístico al libro, puesto que es sólo una lectura del mismo y las imágenes que se proyectan no representan una apoyatura para el texto. Por ejemplo, en la tercera obra, una mujer “yira” para buscar sus clientes y pareciera ser víctima de la prostitución; sin embargo, lo que busca Despentes es poner el deseo de la mujer en primer plano, marcando la diferencia entre ser un sujeto sexual y no un objeto sexual.
A pesar de esto – tanto si se es familiar o no con el texto -, la obra logra reunirnos y hacernos cómplice de esa sororidad que evoluciona día a día y se vuelve más contagiosa. Ahí radica el logro de la obra resguardada por el Cervantes: que se despliegue y ponga en juego, a vista de todes, una de las obras cúlmine de la ideología feminista. Y eso no se borra fácil.

Ultimas funciones:

Porno Brujas 
28 de febrero: Andrea Bonelli. Dirigida por Mónica Viñao

Chica King Kong 
29 de febrero: Mercedes Morán. Dirigida por Romina Paula

Durmiendo con el enemigo
1 de marzo: Soledad Silveyra. Dirigida por Claudio Tolcachir

Por Clara Chanvillard, Daniela Sánchez y Lala Sosa